miércoles, 23 de febrero de 2011

Fotografía: Golpe de Estado en España de 1981 (M. Pérez Barriopedro)



Golpe de Estado en España de 1981
Manuel  Pérez Barriopedro
1981
Fotografía  B/N (Nikon F2)
Agencia EFE
Quieto todo el mundo” gritó Fernando Tejero; aunque solo fuesen varios agujeros en el techo del hemiciclo lo que consiguió en el ridículo intento de golpe de Estado hace hoy 30 años. Manuel  Pérez Barriopedro se encontraba allí aquella tarde cubriendo la noticia de la votación nominal para la investidura de Calvo-Sotelo como presidente del gobierno de España tras la dimisión del primer presidente de la democracia española, Adolfo Suárez.
 “La tarde se iba desarrollar de una manera aburrida ya que estaba el pescado vendido. A las seis y veinte escuché unos gritos fuera como si alguien estuviese peleándose y dirigí la cámara a una de las puertas y es cuando interrumpe un guardia civil dando una patada. Luego dirigí la cámara hacia presidencia y pude ver un tricornio y un rostro que identifiqué como el de Tejero ya que era una persona bastante conocida después de su implicación en la operación Galaxia” explicó Barriopedro.
La instantánea de Barriopedro de un Tejero subido al estrado con una mano armada con una pistola y la otra en alto dio la vuelta al mundo. Esta fotografía le sirvió a Barriopedro como reconocimiento a su trabajo en la agencia EFE que le haría ganar el premio Ortega y Gasset y el World Press Photo (único ganador español de la imagen del año de los World Press Photo).
Nos quedamos en el mismo sitio donde estuvimos permanentemente controlados y en ese momento de confusión pensé que había que salvar lo que había hecho. Conseguí sacar la película y la mantuve en la mano durante más de una hora hasta que en un momento de distracción me la escondí en la planta del pie. Luego nos dejaron marchar de uno en uno requisándonos las cámaras”  revela Barriopedro.

sábado, 19 de febrero de 2011

Escultura: El beso (Constain Brâncuşi)




El beso
Constantin Brâncuşi
1908
Piedra de 28 cm de altura
Museo de Arte de Craiova, Rumania

135 años del nacimiento del escultor rumano, Constantin Brâncuşi, considerado uno de los grandes escultores del siglo XX. Su obra, 1200 fotografías y 215 esculturas, evolucionó desde 1908 hacia un estilo muy personal, geométrico, con una eliminación de los detalles que le condujo casi a la abstracción, proponiendo una realidad distinta. De esta manera, dejaba de lado el realismo escultórico del siglo XIX para dar paso al arte abstracto que se abría camino.
El beso” es la obra maestra en la que Brâncuşi logra por primera vez el equilibrio perfecto entre fondo y forma, la síntesis de los cuerpos y el bloque en el que están esculpidos.
Son dos figuras abrazadas, que se besan. La unión entre ambas es completa. En la cara destacan los ojos, casi simétricos y la boca, que es la misma para los dos. El pelo es un movimiento de líneas paralelas onduladas, los brazos están pegados a las figuras y el cuerpo solamente es insinuado por la línea que los divide y los une, la misma para ambas. En general, la textura es tosca, evita el pulido para evidenciar la talla directa y los instrumentos empleados.
El beso” no plasma elementos anecdóticos o narrativos, ni tampoco hay sentimiento. Brâncuşi no intenta mostrar el aspecto sentimental de ese beso, ni la dulzura amorosa, ni la pasión de los amantes. No percibimos la fisonomía de los amantes, ni su sexualidad, ni la tensión de sus cuerpos. El rasgo que destaca en esta obra es la unión de dos personas al besarse, que está determinada por el bloque de piedra en el que se representan. Se fundamenta en componentes escultóricos, en aspectos que pertenecen la propia naturaleza de la escultura como son el volumen, la masa, la textura y la sencillez compositiva.
En el beso se aprecia la búsqueda de la esencia y la simplificación de la forma. Representa los valores de la abstracción: falta de descripción o narración y gesto reducido a la mínima expresión. Revaloriza los elementos esenciales de la escultura: masa, volumen, espacio, textura y ritmo. Recupera la talla directa influida por la escultura primitiva.


 Fuente: arteespana.com
 A Carmen, Magda y a mí (ole ole) por ser los últimos pringados en acabar exámenes. Ánimo que ya queda menos!

miércoles, 2 de febrero de 2011

Pintura: Les demoiselles d'Avignon (Pablo Picasso)


 Les demoiselles d'Avignon
Pablo Picasso
1907
Óleo sobre lienzo 243,9 cm x 233,7 cm
MOMA
 
Avinyó (que no Avignon) una de esas calles repletas de prostíbulos de la Barcelona que Pablo Picasso frecuentaba con André Salmon fue la que dio originalmente el nombre a este cuadro.  Fue más tarde cuando debido a la confusión fonética por parte de los franceses adoptó el nombre de “Les demoiselles d’Avignon”.
Era julio de 1907 cuando Picasso ultimaba detalles de esta gran obra del siglo XX. Destruyendo mitos sobre la belleza femenina, en este cuadro Picasso marcó el comienzo de su período africano (o protocubismo)  rompiendo con los cánones de profundidad espacial y, en general, con todo aquel realismo que se  venía interpretando hasta el momento.
Picasso trabajó varios bocetos antes de concluir con la gran obra que conocemos hoy. En un primer boceto, dispuesto horizontalmente, se dispusieron siete protagonistas, cinco mujeres y dos hombres. La idea visual recordaba mucho más a un prostíbulo. Los hombres fueron considerados como un estudiante de medicina (¡Vaya por Dios!) entrando por la izquierda con un libro (en bocetos posteriores se representó con un cráneo), y un marinero sentado en medio de la escena. En una posición central se observa un porrón de vino, un jarrón de flores y tres rajas de sandía sobre una mesa redonda. La disposición inicial de las mujeres era: una a la derecha corriendo una cortina, una delante sentada y de espaldas, otra sentada junto al marinero y dos detrás en pie.
Para llegar a la creación de las figuras del cuadro original, Picasso hizo una serie de bocetos individuales de cada personaje, de sus cabezas, del cuerpo, de las piernas, de frente y de perfil. La mayoría de estas pequeñas obras son conservadas.
En el lienzo definitivo, dos de los rostros recuerdan a máscaras influenciadas por el arte africano cuya manifestación cultural comenzó a conocerse en Europa por aquella época. Los dos centrales son más afines a las caras de los frescos medievales y las primitivas esculturas ibéricas. Las facciones de la prostituta de la izquierda presentan un perfil que se asemeja a las pinturas egipcias.
Varios historiadores son los que coinciden en la “actividad del triángulo Picasso-Cézanne-El Greco” en lo que respecta a esta obra de Picasso. Y es que se habla de que Picasso se inspiró en las figuras alargadas de la Visión del Acopalipsis de El Greco (izquierda) y la estructura ambiental rememora los Bañistas de Cézanne (derecha)

Fue en 1997 cuando James Cameron decidió pisotear la historia de este lienzo y embarcar  “Les demoiselles d’Avignon” en el ilustre Titanic, con todas las consecuencias que ello supondría. Cosa que es obvio que no sucedió porque el lienzo se haya en la actualidad en el impresionante Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA).

A Laura porque me he salido con la mía y no he empezado el blog con Castejón pero he empezado con este cuadro que vimos juntos hace dos años.